miércoles, 8 de mayo de 2013

Muhammed, el mensajero



Filósofo, orador, apóstol, legislador, guerrero, conquistador de ideas, restaurador de dogmas racionales, del culto sin iconos, fundador de veinte imperios terrenales, un imperio espiritual y, sobre todo, un hombre de una calidad humana excepcional.

Todo eso es Muhammad, el fundador del islam, de acuerdo a diferentes biógrafos a través de la historia, que no precisamente fueron musulmanes, pero que sí se maravillaron, sorprender, conmover y convencer por la vida y obra de este hombre.

Desafortunadamente en Occidente la falta de cultura y la mal intencionada campaña de varios medios de comunicación para satanizar todo alrededor del islam, han conseguido que mucha gente tengan una idea totalmente errónea acerca de esta figura tan importante, no solamente para los musulmanes, sino para todo el mundo.

Pero también afortunadamente hay una extensa cantidad de datos recopilados a lo largo de su vida, que nos ayudarán a conocer de mejor manera y a fondo a esta persona tan emblemática para nosotros los occidentales.

Mi intención de este post no es publicar una biografía extensa del profeta, pues ya hay suficientes fuentes de información que se pueden consultar al respecto, pero sí intentaré acercar a quien esté leyendo eso al hombre que hoy nos ocupa y trataré de explicar principalmente los puntos más polémicos de su biografía.

Por respeto a los amigos musulmanes, no publicaré ninguna imagen que pretenda retratar al profeta. (Explicaré este detalle en otro post)

Si bien su vida y labor como profeta se inició hasta bien cumplidos sus 40 años de edad, Abu l-Qasim Muhammed ibn ‘Abd Allāh al-Hashimi al-Qurashi (su nombre completo) siempre fue tenido en concepto de hombre honesto, razonable y bondadoso por la gente que lo rodeaba.

Nació en la ciudad de Meca un 26 de abril entre los años 562 y 572 en el seno de una familia de la tribu árabe Quraysh. Jamás conoció a su padre, pues éste murió antes de su nacimiento y perdió a su madre cuando tenía alrededor de seis años de edad.

Durante su juventud y bajo cuidado de uno de sus abuelos y después de su tío paterno, Muhammed recibió educación como cualquier otro miembro de su sociedad, desempeñó trabajos como pastor y empleado, hasta que a sus 25 años empezó a trabajar como mercader en la ruta caravanera entre Damasco y La Meca bajo las órdenes de una mujer llamada Jadiya, quien más delante se convertiría en su esposa y en una de sus primeras seguidoras, pues fue durante este matrimonio (el profeta tuvo 13 esposas a lo largo de su vida) que Muhammed recibió la revelación del Corán. 


Todos los historiadores y biógrafos del profeta, coinciden en que se trataba de un hombre entregado a la meditación. Muhammad acostumbraba a retirarse todos los años durante el mes de Ramadán a una cueva de un monte cercano a Meca.

Cuando tenía cuarenta años, casi al final de este mes, y mientras se encontraba orando dentro de una cueva en la provincia de Hira, Arabia, oyó durante la noche una voz que le decía: ¡Lee! Él respondió: No sé leer. De nuevo dijo la voz: ¡Lee! Y de nuevo respondió sobrecogido: No sé leer. Por tercera vez, la voz le ordenó: ¡Lee! ¿Qué debo leer?, respondió. La voz le dijo: Lee en el Nombre de tu Señor que te ha creado. El creó al hombre de un coágulo.

La voz le dijo que él era el Mensajero de Allah, y al levantar sus ojos, vio a Yibril: el cauce por el que la Revelación le era transmitida desde el Creador del Universo.

Su primer pensamiento fue que se había vuelto loco, pero fue confortado por su mujer, Jadiya, y gradualmente, a medida que la Revelación continuó, su incertidumbre desapareció y aceptó la ingente tarea de ser el Mensajero del Señor de la creación.

Este fue el comienzo de la Revelación del Corán, que continuó de modo intermitente hasta poco antes de su muerte, veintitrés años más tarde.



Esta es la entrada a la cueva de Hira, donde el profeta recibió la revelación divina.


Los mitos  

Hay varios aspectos que se deben aclarar respecto al profeta, pues me he topado con muchas personas que tienen un concepto muy equivocado acerca de él, como alguna vez yo también lo tuve.

El primero de ellos es que el musulmán NO le reza a Muhammed. A diferencia de lo que sucede en el cristianismo, en el islam no se  adora al profeta, pues no es digno de tal, pues el único merecedor de toda alabanza es Dios.

También me he encontrado con mucha gente con el concepto de que Muhammed es rival o incluso enemigo de Jesús. Cuestión totalmente absurda, pues Muhammed es más bien el sucesor de Jesús en la tarea de llevar la palabra de Dios a la humanidad.

Otro de los temas más espinosos, por así decirlo, dentro de la biografía del profeta, es su matrimonio con Aisha, quien según los historiadores occidentales, sólo contaba con seis años de edad al momento de ser matrimoniada, lo cual ha dado pie a muchas críticas y animadversión hacia la figura del profeta.

Los estudiosos de este hecho afirman que dicha información es errónea, pues comparando los textos en donde se da informe de este matrimonio con las fechas en que sucedieron otros acontecimientos importantes en la vida del profeta, se ha logrado calcular que la novia tendría entre 16 y 20 años al momento de la boda con el profeta, quien tendría 52.

Un tema más que debe ser esclarecido, es que la palabra del profeta no es sagrada, es decir, que las enseñanzas que Muhammed transmitió a sus seguidores como hombre sabio que era, no son consideradas sagradas, no forman parte del texto del Corán, en el cual únicamente aparece la palabra de Dios.

En cambio, los comentarios de Muhammed que fueron documentados por sus seguidores, fueron recolectados en los libros de los Hádices, en los cuales se relatan o se citan las enseñanzas del profeta.

Para los musulmanes estos textos son de gran importancia, pues a través de ellos llegan a conocer más acerca de la personalidad del profeta y su sabiduría. Digamos que se trata de una guía y un código de conducta para llevar una vida correcta.

Habría que dedicar mucho más tiempo y espacio a desmenuzar todo acerca del profeta, pero espero que por ahora haya logrado esclarecer un poco la figura de este hombre tan misterioso para nosotros en occidente.  

Los dejo con el cantante Sami Yusuf y su canción “Al-Mu'allim”, un bello homenaje al maestro de la humanidad.


  

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